Español
Lo que nos une es más que una pasión compartida por la música. Lo que hace que Enumma sea tan especial es cómo fomentamos y honramos el verdadero sonido y llamado de cada uno en la música y más allá.
David y Mauricio se conocieron por primera vez cuando se unieron al equipo fundador de Nébula Financiera, una compañía fintech mexicana dedicada a ofrecer préstamos personales a través de una red de promotores comunitarios independientes.
David, músico y entusiasta de la música desde joven, conceptualizó la idea para Enumma después de leer un artículo de Vitalik Buterin, inventor de Ethereum, en el que Vitalik explora la posibilidad de que ciertos sistemas socioeconómicos, como el financiamiento cuadrático, puedan propiciar la creación de bienes públicos.
Cuando David compartió su idea con Mauricio, Mauricio inmediatamente se emocionó con ella y ayudó a David a refinarla. Pero el entusiasmo de ambos tenía raíces mucho más profundas.
David y Mauricio se dieron cuenta que tenían una creencia inusual que podría ser la base para un emprendimiento con causa: que la aparente decadencia de la música, el arte y la cultura en el mundo no es inevitable—al contrario, la humanidad dará vida a un nuevo renacimiento que será preciado por muchas generaciones.
Percibieron, sin embargo, que, para llegar a ello, todos necesitaríamos mayor autoconocimiento, y mucho apoyo mutuo para desplazarnos hacia las versiones más verdaderas y auténticas de nosotros mismos.
De suerte que, cuando Nébula Financiera se integró con una financiera de mayor tamaño, David y Mauricio decidieron que era momento para dar un giro y juntos perseguir el sueño de ambos de construir su propia compañía—una compañía que causare gran impacto positivo en el mundo y los trasciendere.
Idearon el nombre Enumma—una derivación de Enūma Eliš, el título del génesis Babilónico, que también tiene destellos de la palabra “numen”—para así significar el espíritu de la creación: el beat que inspira y amplifica la autenticidad en la música y en la vida, y ánima el ritmo y el asombro.
Sería el comienzo de algo grandioso—algo diferente y familiar al mismo tiempo. Esta vez serían fundadores, y aplicarían muchas lecciones aprendidas en sus roles pasados para forjar una cultura extraordinaria. Pero como lo habían hecho antes, constantemente se darían ánimo uno al otro para explorar nuevas fronteras y crecer en los personal y en lo professional.
Demostrando su compromiso con un propósito magnánimo, y combinando el buen liderazgo con habilidades adquiridas para el desarrollo de productos y negocios, darían pie a un equipo ganador y formarían alianzas con inversionistas de clase mundial para emprender el proyecto de sus vidas.
Acogemos de todo corazón el presente porque es todo lo que tenemos. Podemos aprender del pasado y negociar con el futuro, pero solo podemos hacerlo en el ahora. No estamos restringidos por lo que ocurrió antes, ni abismados por lo que podría suceder. En cambio, nos adentramos en el flujo de la vida. Al ser conscientes de nosotros mismos y de los demás, podemos ser los agentes del cambio que queremos ver en el mundo.
Nuestros logros no son el resultado de la fuerza bruta, sino el resultado de las elecciones estratégicas que hacemos y las acciones deliberadas que tomamos. No caemos en la trampa de desesperadamente intentar lograr muchos objetivos contrapuestos a la vez y luego tener que hacer sacrificios en los márgenes por defecto. En cambio, en cualquier momento dado, enfocamos nuestra energía y recursos en lograr los pocos objetivos complementarios que son más esenciales para nuestra misión. Y en lugar de forzar la ejecución, nos aseguramos de preparar el escenario para un éxito fenomenal con los sistemas adecuados, y las metodologías y métricas correctas, que no solo generan un impulso tremendo, sino que también fomentan la exploración y la creatividad siempre que sea pertinente. Porque tenemos un foco estratégico y una orientación al proceso, nos damos la oportunidad de realmente brillar.
Somos una orquesta filarmónica con una misión sinfónica. Naturalmente, nuestras contribuciones están destinadas a cumplir su propósito final solo en relación con el conjunto. Y aunque cada uno de nosotros es vital, ninguno de nosotros solo es suficiente. Dependemos el uno del otro y solo podemos avanzar hacia nuestro propósito superior juntos, una medida a la vez. Por eso actuamos en sincronía: con objetivos compartidos, roles claros y una coordinación excelente.
Cuando subimos al escenario, nos entregamos por completo, desde adentro hacia afuera, el uno al otro y a nuestra audiencia. Sin importar de quiénes sean los riffs que lleguen a la mezcla, todos tocamos con inmensa energía y entusiasmo. No por la gloria de nadie, sino por el bien de la banda y, lo que es más importante, para deleitar a la audiencia que motiva lo que hacemos. Porque le damos con todo juntos, siempre la pasamos increíble.
En nuestra banda, la magia sucede en nuestras mezclas, combinaciones y colisiones: cuando reconocemos nuestra humanidad en común; cuando nos abrimos a los demás; cuando nos buscamos mutuamente; cuando externamos nuestros deseos; cuando revelamos nuestras luchas; cuando nos tratamos con amabilidad; cuando escuchamos y hablamos con compasión; cuando encontramos en el otro una fuente de inspiración; cuando nos compartimos fuerza; cuando normalizamos el fracaso como parte del crecimiento; cuando extendemos la mano para levantar al otro; cuando fomentamos la tensión creativa; cuando atesoramos las opiniones del otro; cuando disfrutamos de nuestras diferencias; cuando avanzamos juntos; cuando celebramos nuestras victorias como equipo.
Siempre y en todas partes, nos anima una creencia profundamente arraigada de que estamos destinados a vivir nuestras vidas plenamente: con verdadero propósito y un sentido de plenitud en todo lo que hacemos. Nuestra misión compartida solo vale la pena perseguirla porque nutre nuestras almas. Lo que hacemos en conjunto es consistente con nuestras creencias y aspiraciones. Pero para tener éxito, debemos mantener nuestro proyecto común en buen equilibrio con el resto de nuestras actividades, las cuales coparticipan en la determinación de quiénes somos, en quiénes nos convertimos y qué es lo que dejamos atrás. Por eso honramos y fomentamos la integridad física, mental y espiritual.
¿No ves una posición para ti? ¡Postúlate de todos modos!
